28 de mayo de 2010

esas cOsas que me gustAn

...

image Anne Julie Aubry



Mi cama infinita,
el sonido de cascabeles y cristales,
el sol en las siestas de invierno,
las playas solitarias,
oler libros (todos, sin excluir ninguno)
escribir en cuadernos, servilletas, papeles de toda especie
(incluso papel higiénico!, sí!)
los sonidos de tambores
mirar panza arriba las noches de verano.
la ruidosa orquesta de grillos,
el papel celofán,
las curitas con dibujos,
la comida de mi mamá,
los besos,
bailar arrastrando los pies,
el sonido del agua,
pisar las hojas secas en otoño,
las tormentas,
la lluvia en la cara,
escuchar esa música que te hace naufragar,
saltar cuando me aburro,
dormir sin despertador,
los picnics en el campo (mantel a cuadros incluído),
los abrazos con o sin brazos,
las luces de las calles,
el azul,
los vidrios empañados,
los caramelos ácidos,
las miradas cómplices,
las sonrisas de bienvenida,
el café de madrugada,
el chocolate,
los chasquidos del fuego entre los leños
los lápices de colores,
dibujar en la piel con tinta indeleble,
los almohadones en el piso,
las ventanas y casas antiguas,
las palabras nuevas (esas que casi no se usan)
los animales (mi perra :)
los caminos de tierra,
el horizonte,
los paraguas transparentes,
las cajitas de madera,
los charcos,
la arena,
los ovillos de lana,
un haz de luz con partículas de polvo
flotando entre los postigos de una ventana cualquiera,
el desayuno en la cama,
los mates como excusa y en cualquier momento,
las librerías y bibliotecas,
caminar descalza,
revisar cajones,
salir sin rumbo a la calle,
coleccionar fotos,
soplar burbujas,
embarrarme,
viajar,
hacer barquitos con papel de diario,
leer hasta los carteles publicitarios,
....
...
..
((...claro que hay más...))




nuiT.·*




24 de mayo de 2010

vaguedad-eS

...



No sé,

no tengo ganas de preguntarme

si existe un nido donde se incuben todas las cosas.

No sé si quiero virar al fondo de lo que acontece

en las estaciones sin trenes ni gentes,

en esa soledad de escarcha que muestra
fantasmas en una habitación sin sol ni amaneceres.

No sé,

no tengo ganas de sabotear los secretos

que vislumbré en aquella tarde sorda y

en ese rostro anónimo petrificado en dobleces.

No sé si quiero destejer esos huérfanos días de frío

por si olvidé algún punto suelto en el camino

de esas filosas noches sin gritos.

No sé y no me importa,
si puedo o no acostumbrarme

a esta incoherencia de preguntármelo todo,

a este lento parpadeo de sueños sin dormirme,

a estos ladrillos de un muro que no divide

pero que se yergue hábilmente edificando nichos.


No sé y no importa.

O tal vez sí me importe.





nuiT.·*





15 de mayo de 2010

La pestaña del lobO

...


Si no sales al bosque, jamás ocurrirá nada
y tu vida jamás empezará

—No salgas al bosque, no salgas —dijeron ellos. —¿Por qué no? ¿Por qué no tengo que salir al bosque esta noche? —preguntó ella. —En el bosque habita un enorme lobo que se come a las personas como tú. No salgas al bosque, no salgas por lo que más quieras. Pero, naturalmente, ella salió al bosque y, como era de esperar, se encontró con el Lobo, tal como ellos le habían advertido. —¿Lo ves? Ya te lo decíamos —graznaron. —Eso es mi vida, no un cuento de hadas, zopencos —replicó ella—. Tengo que ir al bosque y encontrarme con el lobo; de lo contrario, mi vida jamás podrá empezar. Pero el lobo que ella encontró había caído en una trampa, se le había quedado la pata prendida en un cepo. —¡Socorro, auxilio! ¡Ay, ay, ay! —gritaba el lobo—. ¡Socorro, ayúdame y te daré la justa recompensa! —añadió. Porque eso es lo que hacen los lobos en los cuentos de esta clase. —¿Y cómo sé yo que no me vas a hacer daño? —le preguntó ella, pues su misión era hacer preguntas—. ¿Cómo sé yo que no me matarás y me dejarás reducida a los puros huesos? —Mala pregunta —dijo el lobo—. Tendrás que confiar en mi palabra. Y el lobo reanudó sus aullidos y lamentos.

¡Ay! ¡Ay! ¡Ay! Sólo hay una pregunta

que merece la pena hacer, hermosa doncella,

¿dóooonde está el almaaaaaa?

—Oh, lobo, voy a correr el riesgo. ¡Vamos allá! Abrió la trampa, el lobo sacó la pata y ella se la envolvió con hierbas medicinales y plantas. —Oh, gracias, dulce doncella, mil gracias ——dijo el lobo, lanzando un suspiro. Pero, como había leído demasiados cuentos que no debía, ella exclamó: —Bueno, ahora ya puedes matarme, anda, terminemos de una vez. Pero no fue eso lo que ocurrió. En su lugar, el lobo alargó la pata y se la apoyó en el brazo. —Soy un lobo de otro tiempo y lugar —dijo. Y, arrancándose una pestaña del ojo, se la entregó diciendo—:Úsala y procura ser sabia. De ahora en adelante sabrás quién es bueno y quién no lo es tanto. Mira a través de mi ojo y lo verás todo con claridad.

Por dejarme vivir, te ofrezco vivir como jamás en tu vida has vivido.

Recuerda que sólo hay una pregunta que merece la pena hacer, hermosa doncella,

¿dóooonde está el almaaaaaa?

Y así la doncella regresó a la aldea, alegrándose de estar viva. Y esta vez cuando ellos le dijeron, "Quédate aquí y cásate conmigo", o "Haz lo que te digo", o "Di lo que yo quiero que digas, pero que todo quede tan en secreto como el día en que viniste", la doncella tomó la pestaña del lobo miró a través de ella y vio sus motivos tal como jamás los había visto. Y la vez en que el carnicero pesó la carne ella miró a través de la pestaña del lobo y vio que pesaba también su pulgar. Y miró al pretendiente que le decía "Soy el que te conviene", y vio que no le convenía para nada. Y de esta manera y muchas más se salvó no de todas pero sí de muchas desgracias. Pero, además, con esta nueva visión, no sólo vio al astuto y al cruel sino que el corazón se le hizo inmensamente grande, pues miraba a las personas y las volvía a calibrar gracias al don que le había otorgado el lobo al que ella había salvado. Y vio a los que eran verdaderamente buenosy se acercó a ellos, encontró a su compañero y permaneció a su lado todos los días de su vida, percibió a los valerosos y se acercó a ellos, captó a los fieles y se unió a ellos, vio perplejidad por debajo de la cólera y se apresuró a disiparla, vio amor en los ojos de los tímidos y se inclinó hacia ellos, vio sufrimiento en los callados y cortejó su risa, vio necesidad en el hombre sin palabras y le habló, vio fe en lo más hondo de la mujer que afirmaba no tenerla y se la volvió a encender con la suya.

Vio todas las cosas con la pestaña del lobo, todas las cosas verdaderas y todas las cosas falsas, todas las cosas que iban contra la vida y todas las cosas que iban a favor de la vida,

todas las cosas que sólo podían verse a través de los ojos de aquel que pesa el corazón con el corazón, y no sólo con la mente.

Así descubrió que era cierto lo que dicen, que el lobo es la más sabia de las criaturas. Si prestas atención, el lobo cuando aúlla hace siempre la pregunta más importante, no dónde está el alimento más próximo, la pelea más próxima o la danza más próxima, sino la pregunta más importante para ver dentro y detrás,

para sopesar el valor de todo lo que vive,

¿dóooonde estáaaa el almaaaa?

¿Dónde está el alma?

¿Dónde está el alma?

Sal al bosque, sal enseguida. Si no sales al bosque,

jamás ocurrirá nada y tu vida no empezará jamás.

Sal al bosque,

sal enseguida.

Sal al bosque,

sal enseguida.


Selección de "La pestaña del lobo", poema original en prosa de Clarissa Pinkola Estés,

copyright 1970, de Rowing Songs for the Night Sea Journey, Contemporary Chants.


(image by Anne Julie Aubry)